Por consiguiente, esto provoca consecuencias negativas en lo que respecta a la autoestima, menos posibilidades laborales, temor a no ser aceptado, vergüenza, sentimientos de culpa, dificultad para encontrar pareja, angustia, etc.
El tratamiento integral, plantea como objetivo cambiar la calidad de vida, en lo que respecta a la conducta alimentaria, en lo atinente a las actividades físicas y el abordaje de los factores emocionales que repercuten en la obesidad.
El éxito terapéutico no apunta solamente a la reducción de peso, sino a fortalecer y desarrollar los aspectos biológicos, psicoemocionales, cognitivos y sociales, logrando un estilo de vida saludable y sostenible para el individuo y su familia.